El nogal es una de las especies frutales más plantadas en nuestro país, con aproximadamente 43.000 hectáreas distribuidas entre la región de Atacama y Los Ríos (Odepa, 2018). El 88% de las plantaciones se concentran entre la Región de Valparaíso y la Región del Maule, con una producción media de 4 ton/há. La producción de nueces a nivel nacional alcanzó las 125.000 toneladas el año 2018 y el pronóstico para el año 2025 duplicaría esta cifra. De acuerdo a esto, se incrementará la oferta de nueces lo cual traerá como consecuencia directa un aumento de la competitividad en el rubro. El desafío para enfrentar este nuevo escenario, requiere, por un lado, incrementar la productividad de los nocedales y por otra parte mejorar la calidad de las nueces (Carús, 2018).

Pese a lo anterior, gran parte las plantaciones productivas se están envejeciendo, lo cual ha puesto de manifiesto un decaimiento productivo en esta especie. Este decaimiento está muy relacionado a la edad de los huertos, a los manejos agronómicos y a la sanidad del huerto. Con respecto a este ultimo punto, el nogal es una de las especies mas sensibles al ataque de un hongo, el cual produce la pudrición en raíces y la base del tronco generando pérdidas productivas de gran importancia. Este es uno de los principales problemas sanitarios del nogal en Chile, cuyos agentes causales son Phytophthora cinammomi y Phytophthora citrophthora (Besoaín 2020). Estos hongos generan pérdidas productivas de gran importancia. De acuerdo a la información generada por un proyecto FIA, ejecutado por la Universidad Católica de Valparaíso, se ha reportado una incidencia de un 90% de huertos afectados en la zona central del país con daños que superan el 15%. Las estrategias de control químico no han dado buenos resultados puesto que son muy inconsistentes, sobre todo, cuando el portainjerto utilizado proviene por propagación por semilla, como Juglans regia (o nogal inglés). Actualmente más del 95% de las plantaciones de nogales en Chile se encuentra sobre este patrón, el cual es muy susceptible a Phytophthora sp.

La incidencia y severidad del daño dependen en gran medida de los manejos agronómicos asociados. No obstante, existe una nueva herramienta productiva para hacer frente a estos problemas y fomentar un repunte productivo: el uso de nuevos portainjertos clonales. En la actualidad, en Chile existen diversos proyectos que están generando información valiosa respecto del uso de estos portainjertos clonales, evaluando la adaptación a las condiciones locales de las selecciones originadas por los programas de mejoramiento de la UC Davis, California. Estos portainjertos son el resultado del cruzamiento entre Juglans regia y nogal negro, dando origen al portainjerto Paradox, el cual es propagado por semilla. Existen diferentes genotipos de nogales negros que dan origen a los portainjertos Paradox, esto llevó a la UC Davis a iniciar, el año 1995, un trabajo de evaluación de toda la progenie disponible respecto del vigor, productividad, resistencia a plagas y enfermedades, compatibilidad de injertación (virus CRLV – Black line) y tolerancia al replante. Los resultados demostraron que existen diferencias entre estos, los cuales fueron propagados vía micropropagación para mantener sus características. Entre las selecciones más promisorias destacan Vlach, VX-211 y RX-1. Vlach es uno de los primeros Paradox micropropagados y se ha evaluado por 7 a 10 años en huertos en California. Es un portainjerto vigoroso, susceptible a nematodos y posee variable respuesta a Phytophthora. Por otra parte, VX-211 otorga un gran vigor a la variedad injertada y destaca por su gran tolerancia a nematodos y es parcialmente resistente a Phytophthora. RX-1 es un portainjerto clonal resistente a P. citrophthora P. cinnamomi, es un árbol más pequeño y menos vigoroso que VX-211. En términos generales, todos estos portainjertos presentan un excelente vigor, lo cual está directamente relacionado con la capacidad de exploración que presentan sus raíces. Esta característica le permite a la planta, además de obtener un mayor potencial productivo, estar mejor preparada ante un estrés biótico o abiótico.

La validación del comportamiento de estos portainjertos foráneos en nuestro país es de vital relevancia para adaptarlos a distintas zonas edáficas y agroclimáticas. En este sentido, para contribuir con esta información, CORFO en convenio con BIOFRUTALES, está ejecutando, en el marco del proyecto “Platafoma de Innovación Colaborativa en el Desarrollo de Paquetes Tecnológicos Frutícolas para la Zona Centro Norte BIOFRUTALES”, a través del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, un subproyecto que tiene por objetivo evaluar el comportamiento agronómico de diferentes portainjertos clonales en dos zonas agroclimáticas de Chile (Paquete Tecnológico de portainjertos de nogal). El INIA está realizando un seguimiento de estos portainjertos en la variedad Chandler y Serr, generando información importante relacionada con el vigor de las plantas, la capacidad de arraigamiento y algunas respuestas fisiológicas. Esto para proponer los eventuales ajustes tecnológicos en el manejo de huerto, dadas las naturales diferencias con el portainjerto tradicionalmente utilizado en el país.

La información entregada corresponde a un estudio llevado a cabo en el campo experimental de INIA Rayentué ubicado en el sector de Los Choapinos, comuna de Rengo, Región de O’Higgins, en una plantación nueva de nogales en las variedades Chandler y Serr, injertadas sobre distintos portainjertos: J. regia (control), Paradox, RX-1, Vlach y VX-211 .

Dinámica de crecimiento de raíces

La raíz es la parte subterránea de la planta que realiza varias funciones importantes: otorga el anclaje al suelo, provee de agua y nutrientes y también cumple un rol fundamental en la regulación de algunas hormonas importantes para el crecimiento de la planta. Además, cumple la función de almacenamiento de reservas, lo cual la convierte en una estructura fundamental para la preservación de la producción, temporada tras temporada. Sin embargo, por el hecho de estar bajo tierra y no ser fácilmente accesible, las raíces han sido menos estudiadas que la parte aérea de las plantas. En los frutales, la raíz también tiene efectos directos sobre el tamaño de la copa y por consecuencia sobre la capacidad productiva de la planta. Por ello entender el crecimiento y desarrollo de la raíz es importante para mejorar la calidad de la planta y determina el éxito de la producción.

Como es sabido, el desarrollo radical de los frutales depende de características genéticas propias de la variedad o del portainjerto utilizado, es por eso que es de gran interés determinar la dinámica de crecimiento de raíces en los distintos portainjertos bajo las condiciones locales de la zona central de Chile. En este contexto, el crecimiento de raíces se ha evaluado mediante el uso de rizotrones (Figura 1). Este es un contenedor de pared transparente que le permite al investigador observar las raíces de la misma planta y su rizósfera durante su crecimiento. Las plantas son cultivadas en el espacio adyacente a la ventana del rizotrón, de manera tal que una cierta cantidad de las raíces interceptan la ventana y pueden ser observadas. Estos observatorios subterráneos entregan información acerca de los peaks de crecimiento que ocurren durante la temporada, así como también permiten determinar la profundidad, distribución y la sanidad de sistema radical.

A través de estos, se ha llevado un registro desde mayo 2019 (plantas de 1 año) a marzo 2022 (plantas 4 años), a un nocedal de la variedad Serr y la variedad Chandler. De acuerdo a lo observado en la Figura 1, el crecimiento de raíces ha presentado actividad durante todo el periodo de evaluación observándose una actividad levemente mayor en Serr que en Chandler. A pesar de esta permanente actividad, se identifican 2 peaks importantes durante la temporada: el primero se observa a finales de noviembre (flechas rojas), mientras que el segundo es de menor intensidad y ocurre hacia finales de febrero (Flechas negras). Esta grafica nos entrega información relevante para responder a algunas interrogantes como: ¿cuándo regar? o ¿en qué momentos debemos aplicar los fertilizantes?, en este sentido, es importante que previo a estos peaks de crecimiento, las raíces tengan una adecuada relación entre el agua y aire en el suelo, sumado a un adecuado balance de nutrientes.

El reforzamiento de la fertilización posterior al análisis nutricional, realizado en los meses de enero o febrero, debe coincidir con el segundo peak de crecimiento observado a finales de febrero. Esta fertilización debe ser importante en nutrientes esenciales como N, P, K y Mg, cuyo objetivo es fortalecer el nivel de reservas nutricionales que se acumularán en las raíces.

Por otra parte, es importante destacar la aparición de un tercer peak de crecimiento durante los meses invernales (Flechas azules), lo cual indicaría lo beneficioso que resultan los riegos invernales.

Al desglosar la información anterior para cada portainjerto, se observa una dinámica similar para# Chandler y Serr, observándose peaks coincidentes pero de diversa magnitud dependiendo del portainjerto. En este sentido, los portainjertos que han presentado un menor vigor, como J. regia y Rx1, muestran un movimiento de raíces de menor intensidad que portainjertos de gran vigor como Paradox o Vx211.

En cada portainjerto se realizó un mapeo en cada rizotrón para determinar la proporción de raíces en profundidad, observándose distintos patrones de distribución: J. regia concentró cerca del 50% de sus raíces en los primeros 30 cm de profundidad (Cuadro 1), mientras que los demás portainjertos lo concentraron entre los 40 a 50 cm de profundidad generando una distribución más homogénea en profundidad.